Los últimos 10 días han pasado rápido. Sin concesiones, hemos asistido a un bombardeo de grandes noticias; la gripe A, la investidura de López como Lehendakari y la victoria in-extremis del Barça. El hecho de que los medios jerarquizan los temas que se desplegan entre cafés no es nuevo. Lo curioso del asunto es, por una parte, la forma en que se han encadenado las noticias, así como lo noticiable de las mismas. También es interesante observar la facilidad con la que la gente olvida cuestiones que el día anterior habían ocupado toda su atención.
Bajo el riesgo de la pandemia, la gripe porcina encendió todas las alarmas sanitarias a nivel mundial. Incluso vuelos a paises escandinavos llevaban pasajeros con mascarillas. La noticia tenía todos los alicientes posibles: actual, afecta a mucha gente, hay muertos, no se sabe lo que puede suceder. Las cifras parecían gigantes y los riesgos incontrolables.
Poco a poco Patxi López se fue introduciendo en las portadas de los diarios, justamente dos días antes de su investidura. El gran día llegó, y a él se unió otra noticia; Ibarretxe abandona la política. El nuevo escenario que se abre en Euskadi, unido al "rencor" del antiguo Lehendakari, dieron más jugo al tema.
Y la última, más light y alejada de conflictos, ha sido la clasificación del Barça para la final de la Champions. La actualidad se encadena de forma express, y lo que ayer era importante hoy es un recuerdo -independientemente de que siga siendo importante.
Estos temas han servido para dejar en un segundo plano otra cuestión que venía ocupando portadas y sumarios durante varios meses; la crisis económica. Quizás fue demasiado monótono.
Tres noticias de diferente transcendencia que, sin embargo, han centrado los focos mediáticos de la misma forma. Es como al niño que le dan de primero verdura con vinagre -que no le gusta-, luego pollo y, de postre, un regalito como postre. Y mañana ya veremos.
jueves, 7 de mayo de 2009
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Estoy de acuerdo contigo en que la acumulación de noticias en los últimos días -gripe, López y Barça- relegó a un segundo plano un tema como la crisis económica que hasta ese momento ocupaba todas las portadas de los periódicos y aperturas de los medios audiovisuales. Por no hablar de la escasa cobertura que se le otorga por ejemplo a lo que está sucendiendo en Pakistán, que es una auténtica bomba de relojería y perdón por la desafortunada metáfora. Aunque quizá esto último se deba más a un mal endémico de nuestra sociedad, y por consiguiente también de los medios de comunicación, que tienden a mirarse el ombligo priorizando de forma excesiva criterios de proximidad en detrimento de otros que creo más importantes.
ResponderEliminarEn referencia a la investidura de López,sin embargo, yo esperaba que acaparara más el centro de atención de lo que lo hizo.
Los medios de comunicación son como la película de Chicago, de Richard Gere. La noticia bomba deja de serlo cuando aparece la siguiente, independientemente de si es importante o no.
ResponderEliminarHe dicho